Pasillo

**Aiken Olviett** Dom Nov 29, 2009 6:50 pm

Pasillo

NO es largo. Es todo una ilusión óptica producida por la luz.

**Virginie N. Nevëiller** Mar Dic 08, 2009 9:17 pm

No sé por qué narices se me había ocurrido venir a casa de Aiken, pero ahora me arrepentía de una manera impresionante. Esta casa es demasiado enorme, y cuando el prefecto nos trajo yo estaba empanada, y este pasillo no me sonaba T____T Sólo me acordaba vagamente del hall de entrada y de la habitación de invitados en la que dormimos. Dish. ¿Por qué Aiken tenía que vivir en una casa tan grande?

Sigo caminando por el pasillo, intentando encontrar el salón, otro pasillo o, directamente, la salida. Que iba a ser lo mejor. Le enviaría una lechuza al lerdi este, o ya le vería. Y cuando lo hiciera, le mandaría que me diese un mapa de su casa. Eso sería perfecto. Tendrían que tener un estante en el hall de entrada con mapas, hombre ya.

**Sanros Olviett** Mar Dic 08, 2009 9:28 pm

Sale del despacho cerrando suavemente la puerta trase de sí. Los ojos del hombre observan atentamente, aunque con un deje de aburrimiento, el primer pergamino del pequeño montón que lleva en la mano, todos completamente planos. La tinta morada propia del Ministerio le cuentan cosas en las que tiene poco interés pero que, por desgracia motivos de su trabajo, se ve obligado a prestar atención. Es, por lo menos, un mejor trabajo que cuando tenían aquel pisucho en Italia. Tiene mucho y aburrido trabajo, pero ha sabido elegir bien y por eso está aquí.

Se detiene ante la chimenea del fondo, llegando a ver justo el momento en el que la última llamita se extingue de una de las ramas. Y casi al isntante, como si el frío fuera malo, una nueva hoguera vuelve a aparecer y el hombre resiste, una vez más, a la tentación de lanzar los papeles al fuego y excusarse de la magia de su hija pequeña. De su única hija. Se plantea irse a tomar un café con la compañera nueva del Departamento. No le costaría demasiado ponerle los cuernos a su mujer otra vez. Suspira, pensando en la melena rubia de la joven Olivia.

No es Aiken Olviett. Unos centímetros más alto, una piel pálida pero que sigue siendo igualmente morena al lado de la de su hijo, y el pelo castaño oscuro completamente diferente. El hijo de Mandrácore seguramente sólo fue hijo de Mandrácore. Tampoco le importa. No llegó nunca a querer a ninguna mujer. Con esos pensamientos va caminando por el pasillo, mirada fija en los eprgaminos, sin reparar en la presencia de ninguna chiquilla ocupando ilegalmente su casa.

**Virginie N. Nevëiller** Mar Dic 08, 2009 9:34 pm

Quiero salir de aquí, quiero salir de aquíííí ;___; A lo mejor esta casa es como los laberintos esos de los que nos ha estado hablando la sita Windwinter ;___; Qué mal, qué mal T_T ¿Y si me cruzo con alguien? Pueden pensar que soy una ladrona, o algo peor. Pero no, que para algo llevaba puesta la bufanda de Gryffindor. Eso demostraría que soy del colegio y que no pretendo hacer nada malo. Ay, en qué momento se me ocurrió meterme en esta casa para buscar a Aiken.

Escucho abrirse y cerrarse una puerta y giro varias veces sobre mí misma para ver de dónde procede el sonido. A lo mejor es alguien que pueda ayudarme a salir de aquí, o a indicarme dónde está la habitación de Aiken. O, mejor aún, dónde está Aiken T_T Sigo girando, poniéndome un poco bastante nerviosa. Cuando me quiero dar cuenta, alguien más mayor, bastante más mayor, sale de un pasillo perpendicular al que estoy yo y me choco con dicha persona.

-Oh, lo siento, lo siento, lo siento -me disculpo varias veces, por si no se ha escuchado la primera. No quiero mirar quién es, no quiero saber con quién me he chocado. Si es alguien majo no me matará, con eso me basta T___T

**Sanros Olviett** Mar Dic 08, 2009 9:42 pm

La chiquilla choca contra él, provocando que casi se le caigan los papeles. Él no es un hombre habituado a esas cosas. De un movimiento tan rápido que casi parece que convocase la varita a aparecer directamente en su mano, inmoviliza a la jovencita y la dirige violentamente hacia la pared. No necesitaba alzar la cabeza para identificarla; ya sabe que no es de ppor allí. El solo acento lo demuestra.

- ¿Quién eres? - sisea, dirigiendo lentamente una dura mirada hacia su víctima. Cabello negro y largo, ojos de un color marrón claro. Sus facciones han cambiado un poco, pero reconoce a Virginie Neith Nevëiller de los recuerdos de su hijo. Su tez se suaviza un poco. No ha traído a ningún hombre y eso es señal de que su hijo está mejorando. Se acerca, haciéndola alzar la barbilla con la varita - No, ¿qué haces?

**Virginie N. Nevëiller** Mar Dic 08, 2009 9:50 pm

En menos de lo que se tarda en decir Fluvi, y sin darme tiempo a salir corriendo o a esconderme debajo de algún sitio, noto el impacto de un hechizo e inmediatamente después, que no me puedo mover. Aaaaaaay ¿Dónde narices me he metido? ¿Quién me manda a mí? Y, encima, acorralada contra la pared.

Me fijo en el señor que me ha inmovilizado, hechizado, y acorralado, pero no lo reconozco. Supongo que será el padre de Aik. Sanros. O alguien de las personas que pueden vivir en la casa enorme esta. Si es Sanros, la verdad es que hay pocos parecidos con su hijo. Sobre todo, en el pelo. Si pusiese a Aik al lado de su padre y comparase, sería algo curioso, sí. Lo único en lo que se parecen son en las canas #.# Pero bueno, al parecer, Aiken sí que ha heredado algo de su padre: que está de buen ver. Espera, ¿estoy pensando que el cabrito del padre de Aik está de buen ver? Quita, quita >.<

-Yo... lo siento. Soy Virginie, una compañera de Aiken. Estaba buscándole, pero como ustedes tienen una casa tan grande me he desubicado un poco -qué triste. Me he perdido en una casa -. Pero de todas formas yo ya me iba.

**Sanros Olviett** Mar Dic 08, 2009 9:58 pm

La información que le dan es totalmente innecesaria; ya la había deducido en menos de lo que se tarda en decir. No le apetece hurgar en su mente. No ahora. Pero la chica va a quedarse durante un buen tiempo con él, sí. Guarda la varita y se acerca. Su perfecto hechizo sigue en pie, inmovilizándola. Decididamente Aiken va a peor. Normal. Es demasiado tarde para reeducarle y sacarle de su estúpida cabecita todos esos ideales enseñados por su madre.

- Mi hijo... te odia - o esas han sido las últimas noticias que recibió, bastante frecuentes, por lo que es prácticamente imposible que haya sido invitada. Se acerca a Virginie, pasando un dedo por su mejilla. Tal vez si tuviera unos cuantos años más, pero no. No merece la pena. Llamará a los elfos para que la echen en cuanto hable un poco con ella - Repito: ¿qué haces aquí?

**Virginie N. Nevëiller** Mar Dic 08, 2009 10:08 pm

¿Y por qué el señor este no me deshace el hechizo? Si no lo quita, no puedo moverme, estoy a su merced, y este señor, por muy bien que esté, me da un poco de miedito. Además de que no me apetece estar indefensa ante el padre de Aiken, sabiendo lo macho de la cabra que puede llegar a ser. Escucho las cuatro palabras que salen de su boca, quedándome un momento sin habla. Aiken... ¿me odiaba? A mí... no me había parecido que últimamente demostrase eso por mí. Nos llevábamos bien, confiábamos el uno en el otro. No sé, parecía que estábamos perfectamente, incluso mejor que nunca de no ser por algún que otro roce que no se puede evitar. ¿Me odiaría de verdad? Y, si eso fuese cierto, ¿por qué me hablaba? El odio no es un sentimiento que se pueda esconder tan fácilmente. Y... jobar. No... no se me habría ocurrido pensarlo jamás. Aunque sé que Aiken tiene sus razones para hacerlo.

De haber podido moverme, hubiese sacudido la cabeza para quitar esos pensamientos de mi mente. Observo el dedo de Sanros pasearse por mi mejilla. ¿Me querría pegar? ;__; Lo dicho: en qué momento se me habría ocurrido venir a casa de Aiken.
-Ya se lo he dicho, señor Olviett. He venido para buscar a su hijo. Tenía que hablar un momento con él, y ya de paso preguntarle unas cositas referentes al colegio -y es verdad, mi intención era robarle apuntes de cuando él estaba en cuarto. Que, para ser chico, los tenía muy bien organizaditos.

**Sanros Olviett** Mar Dic 08, 2009 10:18 pm

No, no va a dejarla irse tan fácilmente. La chica no tiene suficiente miedo o lo oculta demasiado bien. Pero tiene que hacer que se ande con cuidado. Confía demasiado en la gente; ¿no les enseñan en los colegios a no hablar pacíficamente con un extraño? Si es así como su hijo irrumpe en las casas de los demás, no está bien. Tendrá que educarle otra vez. Suficien te tiene ya con la mala influencia que está siendo para Kate. Para su última oportunidad. Camina por una pequeña aprte de la estancia respirando profundamente mientras se roza la barba con la punta de los dedos.

Su hijo, decididamente, cada día se junta con gente más infantil. No sirve ponerle en vereda durante las vacaciones; tendrá que sacarle de allí cada fin de semana o incluso permanentemente. De lo que está seguro es que debe pasar la mayor parte del tiempo en casa.

**Virginie N. Nevëiller** Mar Dic 08, 2009 10:26 pm

Me quedo calladita por si acaso. Mejor no abrir la boca por si el hombre este se enfada. La verdad es que impone bastante. Ahora entiendo un poquito mejor a Aiken. Acabo de conocer a su padre y lo primero que ha hecho ha sido acorralarme contra la pared e inmovilizarme. Vale, puede ser normal si alguien está en tu casa y no lo sabes, pero no se suele hacer con tanta brusquedad. Y eso sin conocerme de nada. Con Aiken, que tiene "confianza", por llamarlo de alguna manera...

Sigo calladita, sin abrir la boca, y sin hacer ruido. Básicamente porque no puedo mover nada y, por lo tanto, tampoco puedo tocar nada. Y también porque no me atrevo a abrir la boca ni para toser. No, mejor que no. Si le pido que me retire el hechizo a lo mejor arde Troya. Y tampoco quiero que, por decir algo que no debiera, Sanros le echara la bronca a Aiken ni nada por el estilo. Vale que pueda odiarme, pero no quiero que lo haga más.

**Sanros Olviett** Mar Dic 08, 2009 10:31 pm

- Largo.

El hombre vuelve a internarse en su despacho, cerrando la puerta y por tanto saliendo del pasillo. Una vez sentado en su mesa, deshace el hechizo sin que la chica sienta nada. Continuará en la misma posición hasta que se dé cuenta de que todo ha sido una simple ilusión suya. Decepcionante. Su hijo ya se habría dado cuenta.

**Virginie N. Nevëiller** Mar Dic 08, 2009 10:34 pm

Veo al hombrecillo entrar en una habitación, sin deshacer el hechizo. Pero nada, que a los diez segundos o así me dan ganas de estornudar y... ¡hala, puedo hacerlo perfectamente! *_* Qué bien. Cómo se nota que Sanros no quiere que me quede en su casa =9 Así que, viendo que soy capaz de andar, me largo de allí con viento fresco. ¿Que no sé dónde está la salida? Sí. Pero sé dónde está el despacho de Sanros y por ahí no vuelvo a pasar ò.ó Nota mental: decirle a Aiken que no vuelvo a ir sola por su casa.

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